Querido Cameron:
Decirte que tu carta me ha sorprendido sería un adjetivo demasiado pobre para todas las emociones que ha desatado en mí. Jamás pensé que tus atenciones escondieran un sentimiento tan profundo y romántico. He estado convencida a lo largo de estos años de que nuestras diferencias eran irreconciliables tras todos los sufridos desplantes y bromas de mal gusto que he tenido que soportar. Pero discúlpame, no quiero que mi primera carta tras abrirme tu corazón esté llena de reproches y recelos. No puedo afirmar que correspondo a tus sentimientos, es demasiado pronto y tú mejor que nadie entenderás el porqué. Pero sí puedo confesarte que tus palabras han ilusionado mi corazón, que mis ojos te mirarán de forma diferente y que tu recuerdo no abandonara mis pensamientos hasta nuestro próximo encuentro, que espero y deseo no se demore en el tiempo.
Por favor, recupérate pronto.
Atentamente:
Maddison Foster.
Cuando entregué esta carta, la primera de muchas, a la baronesa Dacre para que se la hiciese llegar a su hijo, estaba tremendamente avergonzada y con los nervios a flor de piel. Todavía no sabía el error que estaba cometiendo, ni los múltiples que cometería después al dejar que Cameron se adueñara de mi corazón y de una parte de mí que todavía no sabía lo que era tener el roce de unos labios sobre los míos o las caricias de unos dedos expertos en mi piel. Con Cameron descubrí el despertar del deseo y la ilusión del amor, pero también cuán cruel puede ser un hombre para conseguir sus propósitos y sobre todo, cuán inocente era yo.
No puedo decir que ya no lo ame, no desaparece un sentimiento tan intenso como el que yo le prodigo con facilidad, incluso después de todo el daño que me ha causado. Pero sí he sustituido la fascinación que sentía por él por rencor, desilusión, dolor y enfado. Todavía no sé cómo gestionar la rabia que bulle dentro de mí. Hacia Cameron, hacia mí misma por haberme dejado embaucar y permitido que se burlara de mí de una forma tan cruel, hacia todos los que presenciaron mi dolor… Pero sobre todo me recrimino que le resultara tan fácil destrozarme.
A partir de este momento, Cameron Relish, futuro barón Dacre, no existirá para mí. Lo desterraré de mi corazón y lo relegaré al último rincón de mi mente para poder sobrevivir, seguir mi camino y no llorar más la pena de haberlo perdido y perderme yo en este amor.
Este es mi adiós. Mi particular duelo a un sentimiento que él mismo se ha encargado de asesinar y que yo ahora tengo el deber de enterrar en lo más profundo de mi corazón y mis pensamientos.
Este pretende ser mi último adiós…
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